Para aquellas personas que son monocrónicas y que les viene mejor
trabajar en una cosa a la vez, esta técnica les puede favorecer para centrar
sus esfuerzos en aquellas tareas que necesitan de suma concentración y así
evitar la procrastinación.
Fue desarrollada en 1980 por un señor
llamado Francesco Cirillo y básicamente consiste en escribir en un papel todas
las tareas pendientes que tengas para hacer en un día normal, consigue un reloj
temporizador de cocina, elige una tarea, ajusta el reloj en 25 minutos y ponte
a trabajar hasta que sueñe el timbre, luego descansa por 5 minutos, vuelves a ajustar el temporizador en 25
minutos hasta que suene y descansas. Repite esto cuatro veces y el último
descanso lo haces de 15 a 20 minutos, toma el papel con el listado de tareas y
eliminas la que terminaste recién.
Si tienes tareas que duren menos de cuatro pomodoros, puedes unir
con otras.
Si eres policrónico de seguro encontrarás una pérdida de tiempo
trabajar en solo una cosa a la vez y no verás ninguna ventaja en esta técnica,
pero recuerda que todos somos diferentes y por lo tanto, lo es también nuestra percepción
del tiempo.
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